viernes, 7 de junio de 2013

"La Conciencia en el Sexo, el Sexo Tántrico"


MAITHUNA




maithuná (término sánscrito que significa ‘mujer’)

MAITHUNA. El ritual erótico del amor tántrico.


El objetivo del tantra es la reintegración del individuo en la pura conciencia primordial (que en el hinduismo sería Shivá, la fuente original). Para alcanzar ese objetivo es necesario recorrer, en sentido inverso, el sendero de la manifestación. Y en la misma tradición Śakti, la energía, es el vehículo mediante al cual la consciencia individual se une con la conciencia pura o divinidad. El final del camino de regreso es conocido como el despertar, un estado de «superconciencia».



El Camino del Tantra
En la antigüedad, cuando el hombre vivía más cerca de la naturaleza, se movía con la espontaneidad del comportamiento natural. Se dio cuenta que a través de sus sentidos podía expandir su atención y conocer otras capas o niveles de la realidad física en la que vivimos sumergidos.
Así es como descubrió una serie de técnicas que le ayudaron  a experimentar diferentes estados de conciencia. A través de cantos, bailes, sonidos, de sensaciones corporales o del uso de alcohol o hierbas, el hombre se dio cuenta que existe otra realidad tan palpable como la realidad física.
Así nació el tantra. El tantra son diversas herramientas para expandir la conciencia. Así de simple. Herramientas que te ayudan a conectarte con la verdad última de manera objetiva. 
El hombre que practica la meditación o el yoga (yoguin),  para no distraerse de su camino, pretende aislarse del mundo físico. En cambio el hombre que practica el tantra ( tántrika ), usa las sensaciones físicas, terrenales y  emocionales para alcanzar la liberación.  De los dos, el tántrika llega más rápida y directamente a su objetivo. 
Hace cientos de años el tantra se dividió en varias corrientes: Por ejemplo:
* Los monjes tibetanos usan del tantra los cantos, los mandalas, el baile o el rezo para producir estados de meditación, éxtasis o euforia. Ellos han decidido practicar el celibato y el ayuno con el objetivo de trascender los deseos físicos. 


Este es el budismo tántrico
* En otras regiones de la India se han usado las mismas técnicas que usan los tibetanos y usan meditaciones grupales en donde se equilibra la energía femenina y masculina. Aunque practican el ascetismo y en muchos casos la castidad, usan la energía depositada en cada mujer y hombre para encontrar el equilibrio divino. Aquí se pueden englobar algunos estilos de yoga y de estilos de meditación.  


Este es el tantra blanco
* En el norte de la India, principalmente en Cachemira, se han usado las mismas técnicas mencionadas y se han integrado otras para producir sensaciones y estados de éxtasis. En el Shivaismo de Cachemira se ha llevado al tantra a su máxima expresión física. A través de la unión sexual se busca tocar y conocer la conciencia divina de la pareja en otros planos que existen más allá del plano físico. 



Este es el tantra rojo
El tantra rojo es lo que conocemos en occidente como Tantra. Se usa la  sexualidad y la  energía creativa para conectarse con el universo. A las parejas les permite conocerse a fondo, romper paradigmas y limitaciones impuestas por la sociedad occidental. A quien no tiene pareja le permite de igual manera romper con sus bloqueos, liberar karmas y prepararse para el momento en que aparezca su otra mitad.

Pero el tantra rojo no es solo sexo. A través de nuestros sentidos nos permite disfrutar y vivir cada instante de nuestra vida. En cada acción aprendemos a tomar conciencia de nuestro ser.  Al comer, caminar, descansar y por supuesto al unirnos sexualmente con nuestra pareja gozamos de la experiencia única de estar vivos. Es a través del tantra que nos permitimos ser nosotros mismos y disfrutar plenamente de la experiencia.

El Maestro Satyananda Saraswati dice:  El tantra es para la gente común y el yoga para la gente no tan común. La gente común es la que trabaja, tiene responsabilidades, familia, etc. No puede retirarse a un monasterio a practicar el yoga. Su responsabilidad terrena, como padre, hijo o pareja están antes de todo lo demás.  Pero eso no quiere decir que no pueda conocer la libertad  física, mental y espiritual que produce el camino del tantra.


Si tu eres una mujer u hombre común, entonces el tantra es para ti. Te permite conocerte más y conocer mejor a tus semejantes. El camino del tantra es un efectivo sendero de liberación


El orgasmo cósmico


En la perfumada estancia ella está desnuda en el centro del mandala, un círculo cósmico con un triangulo de poder en el centro. La luz de las velas brilla sobre su piel iluminada por el amor reflejando el fulgor de mil estrellas.
Ella es la shakti, la maga, la amada y encarna el poder de la luna y el esplendor fecundo de la naturaleza.
Su amado, su adorador se acerca y le ofrece una copa de vijaya -una bebida afrodisíaca cuya fórmula se ha perdido- pintándole una media luna en la frente.
Pone la mano en su corazón mientras ella hace lo mismo para abrir sus chakra cordiales y estimular el poder del amor en cada uno de ellos.
Se miran a los ojos, se miran hasta lo más profundo, hasta descubrir el brillo del alma enamorada en el fondo de su ser. Después cambian la posición de las manos y él pone la suya en el corazón de ella mientras la amada hace lo mismo.
Así crean un puente energético entre sus mutuos corazones, un puente de luz que une sus almas a través de las manos y la mirada directa y profunda de sus ojos. Sienten los latidos de su corazón, sienten su respiración y la van armonizando como si fuese un único corazón quien palpita en cada uno de ellos, como si fuesen una sola respiración vivificando sus cuerpos. Ambos se regocijan en el amor que reciben y el amor que dan, en el amor que viene y que va formando un circuito de energía que recorre los dos cuerpos.
Se regocijan en el mutuo embeleso que va empapando de amor, ternura y sensualidad cada una de sus células como un dulce y húmedo perfume.
Van a hacer el amor de la forma más sublime y sensual que imaginarse puedan y él hará brotar con cada una de sus delicadas caricias un río de estrellas ardiendo en cada poro desnudo del cuerpo de su amada.
Ella se abandonará a esa marea cósmica que va inundando todo su cuerpo, dejará que los ríos del gozo vayan empapando todo su ser.
Él sentirá la excitación de ella con la delicia de quienes se calienten en una hoguera en las frías mañanas de invierno.
El calor de ella será su calor, el gozo de ella será su gozo porque en principio no buscará su propio placer ya que el orgasmo del hombre es el final de la fiesta.
Buscará el gozo sin limites de ella, verla iluminada con un resplandor de galaxias encendiendo todo su cuerpo, porque el orgasmo de ella no es el final sino el principio de la fiesta, el comienzo de la verdadera celebración.
Ella es la maga que encarna los poderes del universo. Él ha sabido despertarlos y ahora el temblor cósmico que experimenta el cuerpo de su amada es su propio estremecimiento y el mar de delicias que la ha llenado por completo se desborda impetuoso para empaparlo también a él.
Es el río desbordado de energía fluyendo de ella lo que le hace también abandonarse a él. Él se va con su amada y ella le lleva hasta lo más profundo de un orgasmo cósmico. Al final se dan cuenta que no son hombre ni mujer sino el puro amor cósmico lleno de luz y de gozo con que fue creado todo el universo.
Han hecho el amor siguiendo el ritual mágico de los tántricos y más allá del placer que nunca termina han descubierto su verdadera identidad universal. Esa es la verdadera luz que ahora ilumina sus cuerpos, el verdadero gozo que permanecerá en ellos durante días y días...
Hay pocos textos tántricos clásicos que describan totalmente el maithuna o celebración ritual del amor, uno de ellos es el yonipuja pero más que un libro que enseña o muestra cómo hacerlo parece más bien un resumen de complicados rituales muy influidos por la tradición espiritual hindú. Las parejas se iniciaban en los ritos tántricos delante del acharya o instructor -que podía ser una mujer- y esta persona tenía un papel crucial porque iba guiando a los amantes en cada paso del ritual mientras cantaba mantras y canalizaba la energía.
Aunque siempre es conveniente iniciarse en el Tantra con un instructor cualificado, la pareja también puede abandonarse a su propia espontaneidad procurando mantener lo más esencial del ritual que acabo de explicar, pudiendo modificarlo y adaptarlo a sus reales necesidades.


La Fuerza del Ritual.


Creando un espacio mágico que trasciende el tiempo
Los rituales amorosos frecuentes entre amantes tienen la virtud de desempolvar un poco los cuerpos, las mentes y los sentimientos para recuperar el brillo y el esplendor perdido, tanto en la relación en sí como en las personas en particular.
Para que sean lo más eficaces posibles tienen que cumplir con todos los requisitos del ritual y tratar de lograr la fascinación y la canalización de la mente y de todos los sentidos. Si además se quiere que sean mágicos, debe invocarse también la presencia de una energía superior y externa a los contrayentes.
El ritual amoroso tántrico insiste en que cada uno debe ver en su pareja una expresión de la divinidad. Al margen de las cualidades que tenga o no, debe de verse en la otra persona la divinidad que lleva dentro. Esto tiene el sentido de hacer el amor trascendente.
Así no se hace el amor con una persona cualquiera sino con la manifestación de la divinidad que todos llevamos dentro, con alguien realmente ideal.
Así, todas las debilidades humanas que podemos ver cotidianamente en la otra persona desaparecen, al menos durante ese acto sagrado y devocional que van a practicar.
Al reservar este espacio sagrado donde los amantes se ven a sí mismos como seres superiores y se desprenden mutuamente de su faceta más normal y vulgar, se crea un tipo de energía que ayudará mucho en la convivencia cotidiana. Naturalmente que todo depende de la regularidad y de su capacidad de mantener ese tipo de conciencia.




El espacio y el cuerpo sagrados


Para lograrlo con más facilidad tenemos la fuerza del ritual evocando en la mente niveles superiores de conciencia y energía. Lo importante no está simplemente en la decoración de la habitación, en las velas, el perfume y las flores. Estas cosas ayudan a la fascinación de los sentidos pero lo más necesario es sentir que entramos en un espacio-tiempo sagrado y diferente.
Esta ceremonia sexual que podemos realizar con nuestro amante no es algo para todos los días, es una celebración que debemos realizar una vez al mes o cada semana si tenemos tiempo, pero siempre con la conciencia de que se va a realizar algo mágico y extraordinario que canalizará una poderosa energía.
Cuando ambos amantes entran en la habitación donde se celebrará el rito, deben hacerlo con la sensación de entrar en un lugar donde no hay pasado ni futuro porque allí no pueden llevarse los recuerdos ni las expectativas, las preocupaciones o los deseos.
Deben desnudarse de todo esto y no solo de sus ropas antes de entrar en el círculo mágico. Hay que acercarse al cuerpo del amante como a un territorio sagrado. El cuerpo debe ser lavado, purificado y perfumado como reconocimiento de su belleza y su dimensión trascendente. Ambos cuerpos son la expresión de la divinidad y amándose mutuamente se regocija la Vida en ellos, se despierta la energía y todo comienza a vibrar.
La vida de pareja se erosiona cuando la arena del tiempo va llenando de dunas el Jardín del Amor. Los retos de la convivencia cotidiana nos producen estrés y las preocupaciones y desafíos nos llenan de tensión como personas y también afectan a nuestra vida de pareja. Hacer el amor es algo realmente fácil y por eso se puede ir a la cama pensando en otra cosa, convertirlo en algo rutinario, en un mecánico desahogo que acabará por llevarnos a la frustración y la falta de interés. Dedicar, de vez en cuando, un tiempo para el ritual erótico tántrico es refrescar la relación con un perfume nuevo que nos acompañará durante varios días después, es potenciar la intimidad, la confianza, la imaginación, la fantasía y un gozo más pleno entre los amantes. Es volver a ver a nuestra pareja llena de luz, con los ojos del primer amor mirando su cuerpo y su personalidad más allá de las formas materiales siempre imperfectas, es ver la belleza espiritual que lleva dentro y volver a sentirnos fascinados, volver también a fascinar a la persona que nos ama. Practicando esto con regularidad la pareja puede conservar la llama de su pasión durante mucho tiempo y hacer su relación no solamente más profunda y más madura sino también más gozosa y gratificante. Es lo mejor que el tantra puede hacer por los amantes actuales, aunque naturalmente siempre está ahí como vía mágica, como una forma de buscar la trascendencia y su identidad verdadera, para quienes quieran ir más allá.


La sexualidad tántrica.  
Para el tantra la mujer y el hombre son energía pura. Dicha energía circula, se expresa y se usa mejor  nos encontramos en buen estado físico, mental y espiritual. Para ello requerimos realizan un buen uso de ella a  través de una dieta adecuada, de una respiración adecuada, de ejercicio adecuado, de un descanso adecuado y de pensamiento adecuado.
Hacer el amor es una oportunidad ideal para la circulación consciente de energía y cualquiera de los miembros de la pareja puede hacer circular simultáneamente la energía del otro. La energía circula automáticamente al hacer el amor, pero a menudo se pierde debido a la falta de consciencia. Lo importante es familiarizarse con la sensación de un flujo libre de energía a fin de reconocerlo conscientemente. Resulta sorprendente comprobar con que facilidad la mente puede sentir el flujo de energía si dejamos que nuestra intuición se ponga en contacto con el cuerpo de nuestra pareja.
La respiración profunda y la retención de la misma, permiten experimentar el flujo de energía. Veremos que ciertas partes del cuerpo se sienten despiertas, mientras que otras las sentiremos dormidas, o menos estimuladas. Las posturas eróticas tántricas, conocidas como bandhas(cerraduras), fueron creadas para canalizar hacia el interior la energía que fluye hacia fuera, y las manos y los pies se utilizan con frecuencia como auxiliares de este proceso. Es de gran importancia hacer circular la energía sexual, en lugar de perderla; esto puede lograrse colocando conscientemente las manos sobre algunos de los chakras y dirigir mentalmente la energía a esos chakras.  En la imagen proveniente del Siglo XVII una pareja tántrica practica el cierre de raíz conocido como mulabandha.
El arte del culto es esencial para tener éxito en estas practicas. Cuando se hace el amor hay que rendir culto al espíritu interior, llegando a la consciencia mística y de este modo también a la autorrealización. Es así como el amor toma su carácter liberador y verdaderamente eterno.

La iniciación sexual consiste en entregar la propia sexualidad a otra persona. Cuando una persona acepta el acto sexual como un regalo, se dan intercambios a varios niveles: un intercambio físico y una mezcal de secreciones, un intercambio psicofísico de energías y polaridades vitales, un intercambio kármico a través de la convergencia de destinos, y un intercambio espiritual, una comunión entre los espíritus. A su nivel más alto, todos estos intercambios incrementan la calidad de la pareja.

El principio más importante del rejuvenecimiento sexual consiste en hacer circular la energía, en lugar de gastarla. Poniendo atención a los aspectos mentales, emocionales y físicos del amor sexual y canalizando sabiamente las energías vitales, se llega a un rejuvenecimiento total.

Los Tantras no aconsejan la abstinencia sexual prolongada, ya que desemboca en la acumulación de corrientes sexuales innaturales dentro del cuerpo.

«La retención consiste en mantener el placer como una luz en medio de la tormenta». La retención del semen o el control consciente de la eyaculación es una cuestión voluntaria, pues no es lo mismo en un joven de 20 años que en un adulto de 50, y la perdida de energía a través de la misma tiene un significado y nivel muy diferente, así como entre cada individuo. Cada uno debe decidir cuando y como establecer su propia frecuencia.

Los textos tántricos subrayan la importancia que tiene «absorber el equivalente del compañero», siempre que haya una emisión de jugos vitales. La perdida de semen, que proviene de todas las partes del cuerpo, debilita y acorta la vida del hombre. Para contrarrestar esta pérdida que ocasiona la eyaculación, hay que absorber conscientemente las secreciones femeninas, para lo que existen distintas técnicas.

La satisfacción de la mujer es en extremo importante, ya que sólo con ella otorgará todo su potencial iniciático a su amante. Pero eyacular o no eyacular no ha de ser el único criterio para medir el éxito o el fracaso del acto de amor
Artículo adaptado de tantra.fiestras.com


Rituales Sexuales tántricos
Ritual tántrico representado en esculturas
El tantra no es el inventor del ritual sexual. Hay evidencia de ellos en muchas sociedades. El día de san Valentín desciende de los festivales lupercalianos del siglo 1 en Roma. Se honraba a la diosa del amor Juno. Consistían en un ritual donde los participantes escribían su nombre en un papel y las parejas eran seleccionadas al azar. Esta costumbre evolucionó hasta lo que hoy hacemos de enviar tarjetas el 14 de febrero.,  Algo similar sucedía en el carnaval donde nada esta prohibido en esos días. En la india hay algo similar en donde existe el día de las plantas; donde casi nada está prohibido.
El propósito de los rituales sexuales normalmente  es honrar la divinidad para asegurar  las cosechas. Las fiestas dionisiacas dieron origen a las orgías y al hedonismo.  Todos los ritos sexuales son sinónimo de abundancia. Abundancia de granos, de niños,  de confort ( buen clima ).
Cuando una sociedad experimenta la abundancia, se vuelve más liberal en el aspecto sexual. Se repite desde los griegos, los romanos, los etruscos e incluso los prósperos victorianos. Esta liberalidad, se encuentra varias veces en el antiguo testamento.
En mi experiencia los rituales sexuales es la última expresión de la inclusión del tantra en una comunidad. No todos los tántrikas practicas ritos sexuales. El ritual tántrico es muchas veces incomprendido en su propósito y en los detalles del mismo.  De hecho el ritual sexual fue la única forma en la que sané mi sentimiento de celos, donde se escondía muy adentro  mi noción de que estaba separada de Dios.
En el tantra existen dos rituales principales,  el maithuna y la chakra puja. El maithuna es una celebración de los placeres sensoriales y la chakra puja es una extensión de los ritos de fertilidad donde la cópula colectiva era ejecutada en los campos con el fin de promover la fertilidad no sólo en el humano,  sino en los animales y las plantas.
Chakra puja se traduce como fiesta practicada en círculo. El maithuna y la puja tienen el propósito de transformar la conciencia y al final iluminarnos. La meta es experimentar la divinidad, la luz de Dios dentro de nuestros compañeros.
Ambos rituales incluyen 5 pasos o makaras. Los makaras son 5 aspectos prohibidos por otras doctrinas. El tantra afronta estas doctrinas directamente haciendo  lo contrario. Incluyen el beber alcohol, comer carne y pescado, granos afrodisiacos y la relación sexual.
El chakra puja tiene un mal concepto si lo juzgamos con nuestra perspectiva occidental. Estamos condicionados a que está bien y que está mal, en específico cuando se trata de sexo. Las niñas y niños buenos solo hacen cosas normales, y lo que se sale de esos parámetros se considera lascivo o sucio.
Pero el propósito de dichos rituales es altamente espiritual. La puja se lleva a cabo en un grupo de 8 parejas en luna llena. En la luna llena no es un día en donde por ejemplo se planten semillas; para la mujer se considera el inicio de la menstruación como su luna llena. Por lo tanto el hombre no debe eyacular en una chakra puja. La puja honra a la fertilidad y el principio femenino o shakti.
En la chakra puja, Las parejas cambiaban de compañero ya sea al azar o por guía del gurú. Las nuevas parejas se “casaban” por esa noche.  Esto es totalmente diferente al maithuna en donde el objetivo es una reafirmación de la relación que tenemos con nuestra pareja.
Prácticamente, compartir con un extraño una noche significa dejar ir la idea de que nuestra pareja es la única persona digna de recibir nuestro amor y cuidado. Es más simple ver la divinidad en mi pareja; más si tenemos hijos que verla en un extraño. Imagínate si el extraño además es un perfecto idiota. Pero la meta es ir más allá de las expectativas que tengo acerca del amor. El propósito de la puja es experimentar el amor incondicional; no hay otro propósito.
Las parejas comparten los 5 makaras y consuman su “matrimonio” con una cópula extremadamente controlada. No hay casi movimiento.. Toas las parejas están conscientes de la divinidad de su compañero y se enfocan en la energia que fluye hacia ellos. El gurú guía a las parejas en varias posturas y en técnicas de respiración. La meditación termina cuando las mujer alcanza el orgasmo y el hombre mantiene su energía al no eyacular y transmutarla hacia arriba con el fin de transcender su propia conciencia.


La práctica.

Cuando experimenté mi primera puja, el evento me marcó profundamente en mi conexión espiritual hacia otros. También la relación con mi pareja tántrica se vio reforzada ampliamente. Se convirtió en mi mejor amigo, mi confidente y soporte. Antes de ello yo deseaba con él, algo más que una relación tántrica. Un día acepté el hecho que no habría más y mi conflicto terminó.
Invité a mi novio a la puja. Él tenía la mente abierta para ir. Se había cumplido el primer paso. Un novio que estaba genuinamente interesado en el Tantra.  Yo estaba nerviosa, nunca había estado en un taller donde el cierre fuera una chakra puja. No deseaba compartir a mi novio en una habitación llena de otras mujeres y por lo mismo ver a hombres que babearan por mí. Hasta ese momento mis experiencias tántricas eran monógamas y sólo con mi pareja tántrica.
Discutimos el punto mi novio y yo ampliamente, Confesamos sentir miedo, ansiedad, excitación; esa gama de emociones que el sexo trae consigo. Acordamos que en el puja seguiríamos juntos y que no nos enrollaríamos con extraños. Aun así yo estaba horrorizada con los pensamientos de ver a una docena de mujeres jóvenes pululando alrededor de mi novio. Bellas princesa tántrikas dejándome a mí tirada en una esquina recogiendo el polvo.
Mi novio deseaba aliviar mi dolor,  así que hicimos un segundo acuerdo . Yo podría decir en cualquier momento en que estaba de acuerdo que mi novio hiciera y y en que no estaba de acuerdo.
Finalmente acordamos que cualquiera podía vetar cualquier práctica que le fuera sugerida al otro. La comunicación sigue siendo el mejor camino hacia la unidad con lo absoluto y además es un gran afrodisíaco.
En el taller había unas 40 personas. Los guías nos dividieron en grupos de 8. Pusieron unas cuantas reglas. La primera, la ropa era opcional. Segundo, nos animaron a que hiciéramos el amor en público y no en privado. Imagínense la inseguridad que nos causó de inmediato esta desviación de un “comportamiento normal”.
Nuestro grupo llamado Isis, inició 3 días de convivencia. Hay algo que la desnudez acelera, te permite compartir más en mucho menos tiempo. Hicimos prácticas juntos de visualización y respiración. Nos bañábamos en albercas juntos, tomamos el sol juntos, incluso algunos durmieron el mismo cuarto que otros. Aun así nadie hacía el amor. Éramos personas conociéndose unos a otros. Aprendiendo cosas fundamentales sobre el tantra.
La anticipada chakra puja sería el sábado en la tarde. En ese momento no sabía adonde se habían ido mi paranoia y mi miedo. Estaba tranquila y en paz.  Me sentí muy cerca de mi novio a pesar de que no habíamos hecho el amor y no habíamos tenido un momento a solas. Ninguno había usado el derecho de veto mutuo; aunque yo me sentía tranquila al saber que tenia esa posibilidad.
El sábado no preparamos para la celebración. Había dos requisitos, ir vestidos sensualmente y traer comida para ofrecer a los demás. Las mujeres nos reunimos y nos ayudamos a bañarnos, a peinarnos  y a vestirnos unas  a otras. La comunión entre mujeres nos hizo ver que no eran enemigas. Nos preparamos una a otra como divinidades. Antes del crepúsculo entramos a un cuarto donde los hombres nos esperaban ya hace rato.
Nos sentamos en círculo tomándonos de las manos y oramos para sanarnos y transformar nuestra conciencia.  Al centro del círculo había unas rocas. Cada uno tomamos una, la cual simbolizaba nuestro apegos, resistencias y los bloqueos que quisiéramos dejar ir. Entonces lanzamos las rocas en un cajón de arena dejando ir lo que quisiéramos. Yo no sabía que dejar ir hasta que estuve frente al cajón. Ahí dije;  dejaré huir mi miedo de amar.  A pesar de años de práctica tántrica, había cosas que aún me pesaban.
Cuando todos terminamos este ritual, las rocas fueron puestas en una hoguera. Parecía que las llamas consumían las rocas, limpiando los escombros de todo el grupo.
La música inició, comenzamos a compartir los alimentos, comiendo pequeñas cantidades de cada tazón. Sentí mi corazón abrirse, lleno de una conexión profunda con el grupo. Todos me parecían bellos, puros y perfectos para mí.
Con nuestros paladares saciados, era hora del círculo ritual. Las mujeres salimos del círculo y los hombres permanecieron sentados. Cada mujer de frente a un hombre. La música se intensificó. Honrando a cada hombre, las mujeres bailamos lentamente alrededor del círculo. Nos convertimos en la encarnación divina. La madre, la hija, la hermana, la mujer seductora. La energía de la madre tierra subió por nuestros pies, por nuestra espalda y  hasta nuestro corazón. Con cada inhalación traíamos a la madre divina y con cada exhalación tocamos los corazones de los hombres profundamente,
Después los hombres bailaron para las mujeres. La euforia que experimentábamos se convierto en gozo. ¿Quién no se deleita  viendo a los hombres bailar para las mujeres ? Nos honraban ahora. Su danza era de deseos, el deseo de tratar de entender y contener dentro de ellos toda la sensibilidad y la incertidumbre que son característica de las mujeres. Ellos eran los maestros y guías, pioneros de la libertad, guardianes de la integridad. Eran el padre, el hermano, el hijo.  A través de su danza dejamos ir nuestros juicios liberando todo pensamiento excepto la conciencia de la divinidad dentro de cada uno de ellos.
Nos reunimos después con nuestro grupo. Era hora del masaje ritual. Los guías nos dijeron que podíamos hacerlo con nuestra pareja  o con otra persona como se acostumbra en la chakra puja. Sin una sola palabra mi novio  y yo sabíamos lo que deseábamos. Igual pasó con todo nuestro grupo. Éramos 8 personas con una sola mente. Haríamos el ritual juntos como una unidad. Mi corazón explotó lleno de amor y paz.
Con aceite de masaje ungimos a nuestra familia. Pasaron por pares. Mientras un hombre y una mujer permanecían en el piso, otros tres los masajeaban; después de un rato cambiaban de receptor. Fuimos instruidos de canalizar la  excitación de este ejercicio hacia nuestro corazón enfocándonos en la divinidad del hombre y la mujer frente a nosotros. En este momento no había dificultad para concentrarse, aún con la energía sexual fluyendo a través de nosotros. Quizás era fácil porque cuando yo veía la cara de otros sólo veía conciencias dichosas. Cuando masajeaba no veía sino perfección en cada hombre o mujer de Isis. Había profundidad en cada uno de ellos, vulnerabilidad, fuerza y potencial. ¿Porque no observé  todo esto antes? ¿Porque perdí el tiempo juzgando, sintiéndome amenazada o creyendo que era diferente o que estaba separada de mi novio, de mis amigos, de mis hermanos, de mi familia ?
Mi novio  y yo fuimos los últimos en ser masajeados. El sentir seis pares de manos amorosas manipulando mi cuerpo me llevó más allá de lo que yo conocía. Me llevó a un placer profundo. Era como si cada pulgada de mi cuerpo pudiera alcanzar el orgasmo con ser tocado. Por primera vez en mi vida, me dejé ir, dejé a mi cuerpo recibir, no puse barreras. Hilos de lágrimas corrieron por mi cara, había gozo, alivio y tristeza por todas las veces que no pude dejar a mi propio ser brillar. ¿Por qué había esperado tanto? ¿ Por qué me encerré en mi miedo tan fuertemente?
Las bellas mujeres de Isis masajearon a mi novio. No supe adonde se habían ido los celos y las posesividad. No los hallé. Era como si mi mente completa hubiera cambiado de contexto. A otro lugar donde esas emociones no tenían cabida. Todo lo que podía sentir, ver y desear era su felicidad total. Lo dejé ir, lo dejé libre.
La sensualidad se prolongó por horas después del masaje, Canalicé toda mi pasión y euforia espiritual hacia mi novio. Cuando veía a sus ojos mientras hacíamos el amor, sentía que podía ver a Dios. Podíamos sentir el gozo en la habitación. Como corrientes de electricidad extendiéndose en el aire. Hubiera sido muy fácil dar rienda suelta a nuestra excitación, pero los guías nos recordaron que subiéramos la pasión hacia el corazón y mantuviéramos nuestra mente en lo divino. Y esto último, en realidad es la fuente del placer infinito. Dios es lo que hace al tantra infinitamente más placentero que al sexo normal o a cualquier otro tipo de práctica sexual. La puja contenía todo lo que había practicado anteriormente a un nivel menor, pero ahora se adicionaba la energía grupal. Estábamos celebrando una infinita corriente de alegría..
El chakra puja es el único ritual de grupo en el tantra, Su intención es unir a las personas con el propósito de estar más concientes de Dios. Cualquier ritual tántrico que no tenga este objetivo no es tantra. Hay muchos caminos falsos con el nombre de tantra y que son una excusa para tener sexo en grupo. No quiero decir que haya algo malo en el sexo en grupo. Si todos los involucrados son adultos y están de acuerdo no hay nada malo en ello;  pero no tomemos estos eventos como tantra.
El chakra puja cambió una percepción que tenía acerca del amor. No solo mis creencias mentales; también mi experiencia emocional donde supuestamente el amor debe de limitarse y de poseerse. Me llevo a un contexto de un amor en eterna expansión. Esto fue lo único que me llevó mas allá de los celos. La puja desgastó le fuente de los celos que es donde hombre y mujeres se separan.
Esa noche vi a Dios en mi pareja. Y sé que siempre se puede confiar en Dios. Ya que sólo miré su divinidad, no había nada por lo que pelear o de que protegerme. A través de la percepción de la divinidad, nada nos puede ser quitado porque en realidad ya lo tenemos todo.
Las personas aprenden cosas diferentes de la puja. Al siguiente día cuando compartimos la experiencia, un hombre dijo que su relación con los demás hombres se transformó porque en vez de desear competir y pelear con ellos, experimentó el soporte de los demás hombres en los momentos más íntimos. Una mujer que tenía una imagen de ella acerca de su persona, compartió que por primera vez se sentía a gusto con su cuerpo. Otro hombre al que veíamos como alguien distanciado, admitió que empezaban a gustarle las demás personas. La puja nos enseña sobre el amor y la unidad absoluta. 
En el tantra he hallado sinergia entre la sexualidad y la espiritualidad, entre la tradición y la espontaneidad, entre lo comunal y lo subjetivo. Fue como un pegamento para mí. Conjuntó lo que parecía piezas irreconciliables. Unió los contradictorios y disparatados mensajes de la religión, la filosofía y la literatura, El tantra me guió hacia dentro, enseñándome que mis más oscuros demonios eran solamente ilusiones construidas con polvo.
En esencia me convirtió en una persona completamente diferente.
Tantra Awakening. Valerie Brooks.








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