Blake, Paradise Lost - Satan Watching Caresses of Adam & Eve 1808

“Ultimadamente, el problema es cómo destruir esta percepción de dualidad, para alcanzar la aprehensión de la unidad”. (De LegeLibellum).  


La promesa transhumanista que seduce a algunas de las mentes más brillantes de nuestro planeta, y sobre todo a algunas de las personas más ricas, es que en un futuro cercano será posible burlar la muerte a través de la conciencia descorporizada.

         La misma idea o leyenda urbana de congelar el cerebro (criogenización) en espera de una edad tecnológicamente más avanzada en la que pueda habitar en un nuevo vehículo y vivir para siempre, sólo que más sofisticada y quizás no del todo implausible. El fundamento de la inmortalidad transhumanista, encabezada por el inventor Ray Kurzweil, los fundadores de Google, el millonario Dmtry Iskov o el científico Henry Makram, líder del proyecto Blue Brain (que busca replicar un cerebro humano en una máquina, nuevo vehículo de la mente), es que la conciencia es un epifenómeno que sólo se ubica en el cerebro, un producto que puede sintetizarse y divorciarse del cuerpo. Y aunque esta tesis científicamente puede merecer cierta consideración, su misma formulación refleja una concepción fragmentaria de la existencia, la cual tiene una serie de desdoblamientos problemáticos y hasta patológicos.

            Generalmente se ubica al racionalismo cartesiano como el punto histórico de escisión entre el cuerpo y la mente, al focalizar el ser en la razón, en el pensamiento, y discriminar al cuerpo como una cosa desechable. “Es cierto que yo soy algo distinto a mi cuerpo, y puedo existir sin él”, escribe Descartes en su Séptima Meditación (esta misma línea de pensamiento culmina en el transhumanismo donde el cuerpo se considera justamente descartable). Como bien evoca Ted Heistman en el sitio Disinformation, una de las críticas tempranas más agudas a este tren de pensamiento –cuyos frutos son el positivismo, el atomismo de la ciencia y la separación entre hombre (razón) y naturaleza (cuerpo), entre otros– proviene del poeta William Blake. En su libro El Matrimonio del Cielo y el Infierno, Blake se revela poseído por una especie de cristianismo dionisiaco que busca reconciliar los opuestos –como sugiere desde el mismo título– bailar con el diablo bajo la luna llena, y liberar la energía dormida en la base de la columna de la incipiente cultura moderna. No se equivoca el escritor mexicano Salvador Elizondo cuando llama al texto “capital en la historia de la percepción”. 


                  Blake es el poeta de la imaginación, la cual, según la tradición del misticismo platónico, utiliza como un órgano de percepción. Las visiones refulgentes vueltas versos se antojan atisbos de los mundos angelicales que según el neoplatonismo y el misticismo islámico sirven como intermedio entre la divinidad y el mundo del hombre –aquel que aprehendemos a través de los cinco sentidos–, guardianes y catálogos de los arquetipos que dan forma a nuestra existencia. 



Analicemos el poema titulado  


                            ”La Voz del Diablo”


Todas las Biblias o códigos sagrados han sido la causa de
los siguientes errores:
1.-Que el hombre posee dos principios reales de
existencia: un cuerpo y un alma.

2.-Que la Energía, llamada mal, no procede sino del
cuerpo; y que la razón, llamada Bien, no procede sino del
Alma.

3.-Que Dios atormentará al hombre durante la
eternidad por haber seguido sus energías.

Pero los siguientes contrarios son verdaderos:
1.-El hombre no tiene un cuerpo distinto de su alma.
Aquello que llamamos cuerpo es una porción de alma
percibida por los cinco sentidos, pasajes principales del
alma en esta edad.

2.-La Energía es la única vida, y procede del cuerpo;
y la Razón es el límite o circunferencia externa de la energía.

3.-La Energía es delicia eterna.


"The Voice of the Devil" by William Blake

All Bibles or sacred codes have been the causes of the following Errors.

1. That Man has two real existing principles Viz: a Body & a Soul.

2. That Energy, call’d Evil, is alone from the Body, & that Reason, call’d Good, is alone from the Soul.

3. That God will torment Man in Eternity for following his Energies.

But the following Contraries to these are True :

1. Man has no Body distinct from his Soul for that call’d Body is a portion of Soul discern’d by the five Senses, the chief inlets of Soul in this age.

2. Energy is the only life and is from the Body and Reason is the bound or outward circumference of Energy.

3 Energy is Eternal Delight


             Identifying with your body, is an error, but less of an error than identifying with your mind.…
Your body is the outward manifestation of something very real. Connecting with your body connects you with the present moment and thus eternity.
            When you leave your body and live “in your head” you enter an illusory world which alienates you from the source of life and thus from your fellow humanity. The incessant inner dialogue of the ego mind creates fear and anxiety and dwells always in the future or the past, never in the present moment, which alone is real. Both present and past are mental constructs; abstractions.

           The ego mind is constructed from this whole idea of separation, which is an illusion. In the West, this error goes all the way back to Descartes “I think therefore I am.”
There is a great deal of ambiguity inherent to existence that is missing here. This nonacceptance of ambiguity is known in Buddhism as the “primordial error.”
              So Transhumanism is the program of attempting to trap oneself forever into the false reality/identity of the ego mind. Its a Hellish idea.
It’s deifying the most inconsequential part of a human being above all else and seeking to make it immortal. Its basically the attempt of trapping oneself in a state of alienation and isolation forever.
            The ego mind is the cause of suffering. It is the mindset that prevents us from living lives of abundance. The ego begins from a feeling of lack, or scarcity, and it puts one at odds with all other living beings in a competition for the acquisition of scarce resources.
Through the body we can experience sexual union. This breaks down the borders of the ego mind.
Feelings such as empathy also come from a breaking down of this border. Inherent in empathy is a realization that every living being is connected and that you cannot hurt another being without also causing harm to oneself.
                To be completely enthralled to the ego mind is to live in a completely solipsistic universe. There is no empathy or sexual union in this delusion; only narcissism and masturbation.
The growing acceptance that you will one day die is an important aspect of spiritual development: It causes you to seek that which is eternal. It leads to inquiry into the self. This inquiry leads to personal discovery of the True self or Atman. This is the inner part of us that never dies. This is consciousness itself, the field from which all conscious beings find their ground. The way to access this inner self is through quieting the mind through meditation. The incessant chattering of the ego mind comes to be seen like smoke in the air, or mud in the water. The purpose of meditation is to allow this mud to settle, to blow the smoke away revealing clarity.
The project of transhumanism is to immortalize this smoke or mud; To prevent clarity forever and deify ignorance.
Fortunately, being based on a fundamental misunderstanding of reality, it will never succeed, but the danger is that it will succeed in greatly extending the suffering of certain individuals who take this path, trapping them in the imprisonment of the ego mind for centuries rather than decades. Walking corpses of putrified mummy flesh, they will be surrounded by and interlaced with robot parts, creating the most horrible prison the world has ever known.

            Blake irónicamente transpersonaliza al diablo, utilizando su voz para subvertir a la sociedad de su época,pronunciando escándalo. El diablo que había sido ya ubicado en el cuerpo, relacionado con el instinto y la sexualidad, con la naturaleza… el diablo que corre por debajo… Irradia el sol de Pan en sus palabras, el vitalismo que luego Nietzsche volcará también contra la moral dominante. En términos coloquiales podemos decir que Blake aterriza esta tendencia  volátil del intelecto a vivir en la fantasía, en minuciosos castillos de aire sin acceder al éxtasis genuino de la energía –que sólo se libera a través de la presencia, del fulgor de lo sensible– y contextualmente llama a desprenderse del yugo del pecado asociado al sexo y al placer. 

A la vez introduce sutilmente un concepto fascinante: 

La puerta a lo eterno es a través del cuerpo, el misterio yace ahí (aquí), en su capacidad de depurar las puertas de la percepción –lo “espiritual” es una refinación física.
         Ted Heistman en Disinfo escribe: “Identificarte con tu cuerpo es un error, pero mucho menos que identificarte con tu mente. Tu cuerpo es la manifestación hacia afuera de algo muy real. Conectarte con tu cuerpo te conecta con el momento presente y por lo tanto con la eternidad. Cuando dejas tu cuerpo y vives en tu cabeza entras a un mundo ilusorio que te aliena de la fuente de la vida y de la humanidad misma. El incesante diálogo de la mente egoíca crea miedo y ansiedad y habita siempre en el pasado y en el futuro[...] Heistman enfatiza que es a través del cuerpo que sentimos la uniónjustamente aquello que se opone a la dualidad–; en el coito y en las caricias, pero también en los signos de empatía, que sólo verdaderamente llegan a transmitirse (a sentirse) a través de los signos corporales.

           El transhumanismo propone que todo lo característicamente humano puede simularse y para albergar una conciencia funcional sólo es necesario simular un cerebro humano con suficientes neuroconexiones. De aquí que la riqueza sensorial de la vida pueda experimentarse desde un a máquina en un  laboratorio o desde un refrigerador, puesto que, por ejemplo, comer un helado en la realidad y estimular el cerebro eléctricamente en los sitios adecuados es lo mismo: en ambos casos se produce la sensación  de comer un helado. 

                Es posible que un proyecto como el Blue Brain, de Henry Makram, logre simular la conciencia, pero es difícil que esa conciencia sea humana.  Aquello que nos define como humanos, no es el cuerpo, ni la mente, es la experiencia única de su unidad. Un ejercicio de psicoanálisis colectivo podría sugerir que esta división del cuerpo y la mente es responsable de muchos de nuestros problemas como civilización –el progreso tecnológico sin un contrapeso ecológico, la represión sexual, la desigualdad social o la pérdida de sentido, etc.– son algunas de las cosas que se me ocurren pueden ser vinculadas de alguna manera con una excesiva identificación con la mente, en detrimento del cuerpo, obnubilando nuestra percepción. (Recordemos aquí la famosa frase de Pascal: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”, esto son también caminos a la verdad, caminos con corazón hacia aquello que yace velado y que la razón porfía desvelar con un método unívoco). 

               Uno de los argumentos del transhumanismo es que habitando en conciencias incorpóreas sin las cuitas de la existencia podrá acelerarase la evolución de la inteligencia, pero, ¿hasta dónde llegará esa inteligencia sin la tierra del cuerpo, sin el cálido  sosten para percibir e integrar, sin la piel que más que separar, nos conecta? 

            Uno de los grandes malestares que padece el ser humano en un sentido abstracto,es la separación; podemos decir que la separación o la pérdida de una unidad inmanente es equiparable en términos simbólicos a la caída original o a la expulsión del paraíso.

          Este habitar en la dualidad, en el anhelo perenne de lo uno, en el deseo de lo opuesto para fundirse (en la delicia eterna de la energía), tiene su primera ablación en la intimidad que separa al cuerpo de la mente –que nos hace dos, ya no sólo diferenciándonos del mundo (y de dios) supuestamente externo, sino también una multiplicidad interna.

La dualidad es la seducción magnética –la fricción de la ficción del mundo/el juego de polos– que genera toda la trama, y da hilo al pathos de ir en búsqueda de un significado y de una redención (una salvación en lo otro). Pero también es la fuente del deseo y el sufrimiento.
           Por último, la Religión creó la impronta de que el diablo (o el mal) estaba en el cuerpo, ente perecedero y corruptible, a diferencia del alma eterna, imagen de dios; pero hoy podemos decir que la única vía que tenemos (después no sabemos) 


Para recobrar el paraíso perdido que cantó Milton e ilustró Blake : Es el cuerpo


“Si quieres alcanzar el infinito, explora cada aspecto de lo finito”, escribió Goethe. 


El misterio está en el cuerpoel árbol que une al cielo con el infierno, al ave con la serpiente y donde los ángeles transmiten sus imágenes. 


Es posible que la mente pueda existir sin el cuerpo –la conciencia que de suyo permea el mundo– pero la única forma de constatar esto, de navegar hacia una dimensión de conciencia pura, es a través del incremento de  la energía, de la agudización de la percepción o, en otras palabras, de la puesta a punto de la nave corpórea.


Fuentes: http://pijamasurf.com/2013/08/william-blake-vs-el-transhumanismo-el-cuerpo-como-camino-hacia-el-fin-de-la-dualidad/


http://disinfo.com/author/ted-heistman/